Nena, ColdPlay, In my place. Me recuerdo y te recuerdo. El sonido agudo de una guitarra, una voz gangosa, muchas más guitarras. Escribo y las palabras parecen salir de mis dedos y no de mi cabeza. Cada golpe con las teclas tiene su bulla propia, tiene su música. Intento seguir vivo, sin razones despiadadas, sin descorazonarme, y sin pedir disculpas. La voz sigue en mi cabeza e imagino que es la misma que a veces me mantiene despierto por horas con un tenue sabor a recuerdos. Antes soñaba que caía a un vacío absoluto, abría los ojos y estaba todo oscuro, en el mismo lugar. Entonces ahí, quería probar las profundidades de mis sueños.
Sueño ahora con tu olor, imagino tu piel y la pinto con frutas desconocidas, inundo mi olfato con tus sensaciones. Te imagino bañada en ginebra, me imagino aprisionando tu olor. Saboreo tu voz y respiro cada palabra tuya.
y no es tan trágico mi amor, es este sueño es este sol/ que ayer pareció tan extraño/ o al menos tus labios (F. P.)
La música en mis oídos ha cambiado. Nena, la música es una suerte de iluminaciones. La música es un acto mágico que no incluye payasos. La vida es un acto poco mágico con muchos payasos. La vida es distinta a la música. Ayer releí a Sábato y ese anciano me hizo sentir miserable. Tan miserable como se puede sentir cualquiera y tan simple como pocos. Nena, todos creen que su vida-mota-de-polvo es complicada. Tu amor es una rara suerte de música, rara y enmarañada. Tu amor suele ser una danza de vientre para ciegos.