A veces te siento, volteo y es solo el chirrear del ventilador. A veces escucho los rumores de tu voz, de la voz perdida, el olor límpido de las conversaciones. A veces, solo a veces, siento la paz de esos sonidos que trae aquella música de piedra. A veces los fantasmas me visitan y me dicen en susurros «Hey, hombre, los días pasan y la gente se vuelve de papel, axiomas de alguna forma de felicidad». Esta habitación es fría y mis manos parecen de sal, tímidas ante el agua, pero brillantes y fuertes ante el viento que oxida el espíritu. Solo consigo acercarme a la ventana y ver el apocalipsis, la bulla y solo me queda esa sensación de no pertenecer, porque no soy un cowboy desarrapado que escapa de los malos, que canta, huye, pero que al final lo espera un Cadillac y una rubia, porque no soy Nicky Tesco alejándose, con cara de felicidad, hacia cualquier parte mientras bebe Coca-Cola. Aunque a veces soy Dios, creador y dictador de mundos, la voz. Pero, casi siempre, ya lo sabes, soy solo un niño que espera el abrazo, que teme la palabra, que tiembla ante la certeza del contacto y aguarda con la mano extendida ante la noche. Soy el aliento empañado en el cristal. Afuera la noche grita «Sue, crybaby, la tristeza es un río indescifrable y mañana será un día peor, así que navega tu suerte y mal vive las penas con la frente en alto». Adentro la oscuridad reza por el silencio. Adentro, al menos, no destella la noche. Adentro solo levita la calma. Te he dicho, cuando intento esta forma de conversación-muy-estilo-libre, que espero las respuestas como en un walkie talkie de tonos especiales. Aprietas el botón, tiras las palabras, un “Ok”, y esperas, durante todo el tiempo que sea necesario, cualquier cosa, un “Todo bien”, una forma de señal de humo. Pero también sé, y la certidumbre es un castigo inmisericorde, que es muy probable que no levantes esa bocina, que no enciendas ese fuego.
miércoles, 20 de diciembre de 2023
martes, 5 de diciembre de 2023
¿Cargaremos con ese peso?
martes, diciembre 05, 2023
Miguel Barrios Payares
anime, Ciencia ficción, Cowboy Bebop, Hajime Yatate, Shinichiro Watanabe, western
10 comments
Somos ese hombre alto y delgado que camina escaleras abajo. Con una mano nos tomamos del abdomen mientras miramos a nuestros perseguidores, con la otra mano les apuntamos, como si lleváramos una pistola imaginaria. Disparamos y caemos. Es el final, un final. Antes de eso vemos a la muerte a los ojos, que lleva la figura de un antiguo colega y amigo. Sabemos que no hay vuelta atrás, pero continuamos. Lo hacemos por Julia, cómo no. Julia ha muerto. Ese es el verdadero final, porque, ¿qué hay de alguien que ha vivido en el pasado sin saber si volverá a ver un rostro, ese rostro, y cuando lo encuentra lo pierde definitivamente? ¿Qué es de una persona que no sueña? ¿Qué es de un vaquero que no sabe si está vivo? Pero un día, cuando creíamos que otra cosa era posible, existió el sueño del escape. Julia propuso que otra vida era posible, que podíamos mudarnos de planeta, que podíamos ser felices aunque la idea fuera solo el sueño de unos desesperados. Somos Spike Spiegel, cazarrecompensas espacial, fumador, bebedor, perdedor nato, hombre taciturno sin pasado ni presente. Y solo atinamos a preguntarnos si cargaremos eso, lo que no tiene nombre y es inconfesable. Si cargaremos con los sueños que se ahogaron en la garganta y las decisiones que se van por el caño en medio de la lluvia. Mientras, vagamos por el espacio con las heridas abiertas, intentando no ser solo esa estrella que se apaga, el fundido infinito a negro. Entonces, el desprevenido de turno pregunta si sí estamos hablando de vaqueros espaciales.
Cowboy Bebop es una serie de anime dirigida por Shinichiro Watanabe estrenada en 1998. Está ambientada en un futuro 2071 del que Marte es el poblado más grande de la civilización humana. Cuenta la historia de un ecléctico grupo de cazarrecompensas que viajan por las colonias del sistema solar a bordo de la Bebop, una nave tipo carguero convertida en el centro de operaciones del grupo. La serie explora temas como la soledad, el peso de las decisiones y la influencia del pasado en nuestro presente. Cuenta con 26 episodios, una película y una versión live action producida por Netflix. El texto de arriba reflexiona sobre el final de la serie, concentrándose en los últimos dos episodios.
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