Los días son cada vez más oscuros y la gente cada vez más desalmada. Eso parecería ser bueno para quien, de vez en cuando, escribe distopías postapocalípticas, pero una cosa es crearla en el papel y otra, muy distinta, sentir que no estamos nada lejos de eso. El escritor alimenta sus pasiones y sus miedos y los trasmite en modo de ficciones y al final, espera que todo el asunto se quede ahí. Este mundo patas arriba pasa susurrando por nuestras ventanas con un vaho infernal. Basta con cliquear en un portal de noticias para sentirnos desahuciados. Encontramos, por ejemplo, que un par de tipos con cortes de pelos ridículos se amenazan con lanzarse bombas nucleares o peor, por estos días la gente cree siempre tener ‘la razón’ y eso sí que es peligroso. Hasta eligen presidentes con sombras en sus espaldas y pasados, por lo menos, cuestionables. Eso sí, por el bien de nuestra salud mental, aún existen los libros, el cine, el amor, la cerveza. Esas buenas cosas nos mantienen en pie y nos ayudan a no desmoronarnos. Pues bien, de eso va la entrada de hoy. Hace poco recibí los libros de Cuentos de La Cueva por Colombia 8 (un proyecto que reúne a escritores, artistas plásticos y estudiantes de colegios públicos en torno a la literatura) en donde aparece cuento mío titulado Motel: vía al mar, que está entre mis cuentos favoritos, debo decir, y además aparece acompañado con una ilustración bellísima. En ese libro también contesté un cuestionario a modo de entrevista sobre el oficio de escribir cuentos que les dejo a renglón seguido. El cuento, cuando esté colgado en Grupo Jauría, lo enlazaré por aquí.
Sí. En algunas ocasiones, como en esta, me han invitado a compartir la lectura de mis cuentos con jóvenes. Y en otras, he participado como tallerista de promoción de lectura y escritura.
¿Hace cuánto tiempo escribes y cómo comenzaste a hacerlo con aspiraciones de trascendencia literaria?
He escrito desde que tengo recuerdos. Nada serio, pero sí recuerdo que de pequeño escribía. Lo de “aspiraciones con trascendencia literaria”, eso suena muy fuerte. No sé qué tanto de lo que se escribe en este siglo sobreviva al tiempo. Pero lo que sí sé es que siempre he querido escribir los mejores cuentos que mis propias limitaciones me permiten. Algo así como hacer lo mejor que puedo con lo que tengo a mano. Escribir y listo.
¿Siempre quisiste ser escritor? O ¿en qué momento identificaste tener esta inquietud?
No, de pequeño tenía las mismas ambiciones que cualquier niño, ser bombero, superhéroe, detective privado. Solo hasta la universidad cuando conocí a mis amigos de hoy y compartí lecturas y algunos borradores de cuentos, sentí que podía escribir cuentos por mucho tiempo más y que esto no era una carga pesada para mí. De ahí en adelante comencé a escribir con disciplina, a escribir casi a diario, a corregir esos textos y a leer intentando encontrar las costuras que cosían los buenos cuentistas en sus textos.
¿Cuáles han sido los escritores que han influenciado tu estilo y cuáles recomiendas para las nuevas generaciones de lectores?
Estas listas siempre son muy mezquinas, pues siempre se queda alguno por fuera, pero en mi lista siempre está Ernesto Sábato, Andrés Caicedo, Isaac Asimov, Raymond Carver, Charles Bukowski, Bret Easton Ellis, los de siempre. Estos autores contaban eso que yo quería escribir, eso que yo quería leer. Así que estos son autores que yo mismo me recomiendo cada tanto.
¿Qué cuentos quisieras recomendarles para su lectura?
Siempre releo “Diles a las mujeres que nos vamos” de Carver. Esa aparente sencillez del lenguaje y de las acciones del cuento me recuerda cómo debe estar escrito un buen cuento. Por otra parte, su lectura es muy fluida, así que creo que ese es un cuento muy recomendable.
¿Por qué escribes cuentos? ¿Has explorado algún otro género literario?
El cuento es la forma más atractiva que he encontrado para contar cosas. Ahora intento con textos más largos como los de la novela. Allí hay más chance de exploración de personajes, más espacio por decirlo de alguna forma. Ahora, eso no podría hacerlo con la escritura de poemas. Por ejemplo, para la escritura de poemas se necesita, creo, una lucidez de anciano que yo no tengo. Quizá la escritura de poemas debería ser el último escalón en la carrera de un escritor. Yo me conformo con leer buena poesía y aplaudir cuando la encuentro.
Según tu criterio ¿qué se necesita para ser cuentista? ¿Qué hay que aprender, cómo se forma un cuentista?
Primero, para escribir cuentos se necesita, aunque ya de tanto que se repite parezca un cliché, leer muchos cuentos. Luego, aprender a leer esos mismos cuentos viendo sus huesos, sus costuras. Esa es una lectura desapasionada, es la mirada de un arquitecto que busca aprender a ubicar cada pieza de un gran armazón para luego encajarlas a la perfección. Un cuentista es, al final de todo, un ser disciplinado que ha imaginado un universo e intenta recrearlo lo mejor que puede, por lo que lo intenta una y otra vez hasta que se cansa de intentarlo o queda satisfecho con el resultado.
Ahora hablemos de este cuento que nos compartes. ¿Cómo fue la construcción de estos personajes?
Estos personajes son personas comunes, con mucho que cargar sobre los hombres, perdedores, si vale la expresión. Para este cuento quería a dos desconocidos en medio de una carretera y con muchos secretos. Así que fui dándole alas a esa idea hasta llegar al texto que hemos leído.
¿Tienes algún ritual para escribir? ¿Qué haces, cómo es tu disciplina para hacerlo?
No. Cuando debes trabajar para ganarte la vida debes robar tiempo, de la noche, de las madrugadas, de los días festivos. Antes, lo hacía hasta tarde en la noche, ahora lo intento bien temprano en la mañana. Siempre cargo con las historias en la cabeza, las voy construyendo y cuando me siento a escribir ya tengo una idea bastante clara de lo que quiero. Si no está claro, ni siquiera lo intento.
¿Cómo construiste esta historia que nos compartes?
Esta es una historia fracturada, pero tremendamente sencilla. Parecería la historia clásica de chico conoce a chica, salvo que este chico no es tan común y esta chica es bastante especial. La idea es sentir la carretera, el calor, el lejano olor a mar.
¿Hay algún tema en especial sobre el que te guste escribir?
No. Comienzo mis cuentos con imágenes claras en mi mente y quizá el título. Me gusta tener el título de un cuento desde que arranco. El tema puede ser muy variado. Por ejemplo, me gusta la ciencia ficción, pero también la literatura policíaca. Quizá podamos juntarlo, no sé.
Dicen que los jóvenes de hoy leen poco… ¿qué piensas al respecto?
Pues eso es casi mentira. Es más una cuestión de formatos, de soportes. No podemos pretender que anden con libros de un kilogramo de peso debajo del brazo si cuentan con un smartphone en el bolsillo en el que pueden tener cien libros a la vez. Ahí hay un cambio de formato, de lo analógico a lo digital y un cambio de soporte, del papel a las pantallas. Y estoy seguro que con la interacción de las comunicaciones leen un tanto más que hace un tiempo. Por otra parte ¿Qué leen? ¿Cuánta calidad tiene eso que leen? vaya uno a saberlo.
Algunos participantes nos han pedido “pautas” para ser escritores. ¿Tienes algunas?
No. No creo que eso exista. Pero creo que sí debe existir una mediación consciente entre la lectura y el ejercicio técnico de juntar palabras y eso se hace en la soledad frente al papel o la pantalla. Por otra parte, los talleres literarios te ilustran acerca del ejercicio de escribir pero nadie te puede enseñar a ser escritor.
¿Cómo te sentiste compartiendo esta experiencia de La Cueva por Colombia en esta comunidad?
Muy contento. Gracias por invitarme.
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Hasta aquí el cuestionario, gracias por llegar al final. Si te han quedado ánimos, puedes comentar la entrada y hasta compartirla. Nos seguimos leyendo.
No leo libros ni novelas, investigo en el internet mucho
ResponderBorrarY escribo :)
Lo tuyo
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Gracias por tus palabras. Querida, siempre me alegro con tus visitas a esta casa.
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